La Junta de Castilla y León dice que actualmente es una plaga nada alarmante
La Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) confirmó ayer la presencia del alga Didymosphenia Geminata conocida como moco de roca, alga asesina o alga chapapote en el río Cea, a la altura de la localidad de Villamartín de Don Sancho, donde vierte agua al canal de los Payuelos.
Con la llegada del alga al río Cea son ya seis los cauces afectados por el moco de roca en lo que se lleva de verano. Porma, Yuso, Isoba, Orza, Omaña y Cea son los caudales afectados por esta especie invasora que puede poner en peligro la pervivencia de otras especies fluviales.
De momento, confirman desde la Confederación Hidrográfica del Duero, la presencia del alga asesina no es masiva en el río Cea. El cauce más afectado, indican las mismas fuentes, es ahora mismo el río Omaña, a la altura de Villaviciosa de la Ribera, donde sí se ha detectado un foco importante.
Mientras, desde el servicio de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León confirman que no se tomarán medidas excepcionales para acabar con el moco de roca. La Administración autonómica considera que la presencia del moco de roca en los cauces leoneses no es nada alarmante. Su presencia se debe a las elevadas temperaturas y a la escasez de agua en los cauces de los ríos.
El servicio de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León sí insiste en la necesidad de tomar precauciones para que el alga invasora no se traslade de unos ríos a otros. Esta recomendación es especialmente importante para los pescadores que usan unas botas con suelo de fieltro donde se adhiere el moco de roca y se puede precipitar el contagio de unos cauces a otros.
Desinfectar el material que ha estado en contacto con el agua y evitar el desplazamiento de agua, animales, plantas o rocas entre cauces son otras de las recomendaciones dadas por la administración.
Actualmente no existe ningún método eficaz para acabar con el moco de roco. Lo único efectivo es la prevención y extremar los cuidados para evitar la propagación del alga. Se trata de una especie especialmente dañina puesto que en algunas ocasiones puede llegar a cubrir el lecho del río en su totalidad, terminando con el alimento de los mosquitos y posteriormente con toda la cadena alimenticia con el consiguiente efecto para las especies fluviales.
En el año 2009, los ríos Yuso, Orza, Esla, Porma, Torío y las confluencias de los ríos Omaña y Luna vivieron una infestación masiva en sus cauces.